POLLITO LLITO
Hace muchos, muchos años vivia con su familia un pollito llamado Llito. Todos los dias Mama Gallina salia con sus pollitos a pasear. Mama Gallina iba al frente y los pollitos marchaban detras. Llito era siempre el ultimo en la fila. De pronto vio algo que se movia en una hoja. Se quedó asombrado ante lo que vio. Era un gusanito. Mama Gallina y sus hermanos ya estaban muy lejos. Llito al ver que no tenia su familia cerca se puso a llorar. - ¡Pio, pio, pio, pio! - ¿Qué te pasa? - pregunto el gusanito. - Mi mama y mis hermanos se han ido y estoy perdido. - No te preocupes amiguito. Vamos a buscarlos. - le dijo el gusanito. - ¡Vamos, vamos! - dijeron los dos. En el camino se encontraron al gato, quien les pregunto: - Miau, ¿a donde van? - Mi mama y mis hermanos se han ido y estoy perdido - dijo muy triste Llito. - Yo iré con ustedes a buscarlos - dijo el gato. - ¡Vamos, vamos! - dijeron a coro.Al rato se encontraron con un perro. - Jau, ¿hacia donde se dirigen? -preguntó. - Mi mama y mis hermanos se han ido y estoy perdido - dijo llorando Llito. - Jau, iré con ustedes a buscarlos. - ¡Vamos, vamos! - dijeron a coro. Y asi el perro, el gato, el gusanito y Llito caminaron y caminaron buscando a Mama Gallina. - ¡Llito, Llito! ¿Donde estas? - gritaba a lo lejos Mama Gallina. - ¡Es mi mama! - exclamo Llito. El perro ladro "Jau, jau". El gato maullo "Miau, miau y el gusanito se arrastro. Todos brincaron alegremente. Al fin habian encontrado a Mama Gallina. El perro, el gato, el gusanito, Llito y su familia se abrazaron y rieron de felicidad. - Gracias por cuidar a mi hijo. Los invito a mi casa a comer bizcocho de maiz - dijo Mama Gallina. -¡Vamos, vamos! - dijeron todos. Al llegar a la casa Mama Gallina les sirvio el rico bizcocho. Nuestros amigos se lo comieron todo, todo, todo. Y como diria Don Mabo, este cuento se acabó.FIN(Este cuento nos fue enviado por Lourdes del C. Hernandez - Puerto Rico)
LUCAS UN NENE ADOPTIVO
Era una tardecita de invierno, hacía muuucho frío y llovía furiosamente. El viento soplaba, soplaba y soplaba... Sentados al lado de la chimenea, los nenes, María, Javier y Teresa comían con placer los bizcochitos calentitos que les ofreció su abuela. Teresa... coqueta, moviendo la cabeza y arreglándose sus trencitas, preguntó: - Abu, y Lucas... ¿Por qué no vino hoy? - Está enfermito - contestó la abuela.- Pero igual lo tenemos con nosotros... - ¿Y dónde está? - preguntaron los chicos, asombrados, mirando a su alrededor. - Aquí, junto a mi corazón...- y con un movimiento rápido descubrió una carta que tenía oculta dentro de su blusa, y enseguidita la volvió a guardar junto a su pecho. Los chicos estaban tan intrigados, que empezaron a gritar: - ¡Dale, abu, leela, leela! La abuela, misteriosa e inquieta, respondió: - No sean impacientes... vamos a leer la cartita más tarde. Javier y Teresa asintieron con la cabeza, pero María, la más chiquita, caprichosa y enojada, exclamó:- Entonces... ¡¡queremos que nos cuentes un cuento... ahora mismo!! La abuela, aliviada, afirmó: - Me encanta contarles cuentos cuando llueve... ¿Están preparados? - ¡Síiii!- respondieron los chicos. - Bueno... ¡Escúchenme con cinco orejas y mírenme con veinte ojos..! Como todos los jueves, hoy les voy a contar un cuento... Pero en esta historia no va a haber ni duendes, ni brujas, ni princesas... Hoy les voy a contar un cuento real... un cuento-secreto... – murmuró despacito.Con dulzura, la abuela invitó a María, su nieta menor, a sentarse en su regazo, y después de un laaaargo y misterioso silencio, que a los chicos les pareció rarísimo, comenzó su relato: ¿Recuerdan cuando María todavía estaba en la panza de mamá...? Era un día como el de hoy : muuuy lluvioso y frío. Por la noche nos reunimos todos en la casa del Tío Pepe y la Tía Luly para conocer al nuevo primito... Y allí estaba él: Lucas, un precioso bebé, chiquitiiito, flaquito, sonrosado y llorón, en brazos de la tía Luly, tomando su mamadera como un gran comilón. El tío Pepe -calladito como siempre- lo miraba embelesado, y la tía Luly lucía orgullosa y oronda, como una reina feliz. Estaban tan contentos... ¡Por fin se habían reunido con su hijito..! ¡Sí¡¿Qué hicimos?- Al verlo a Lucas bebé, corrieron rapidito a acariciar la panza gorda de su mamá. Y allí adentro estabas vos, María, dando pataditas, como diciendo : ¡Aquí estoy, ya crecí, ya quiero salir, para jugar con mis hermanos y mi primito!.-Abuela, ¿y por qué yo daba pataditas? - preguntó María, muy preocupada. -¿A mi mami no le dolía? FIN(Este cuento nos fue enviado por la Lic.Dora Kweller - Argentina)
DON ARBOLON
Comentario: Había una vez un colegio que se llamaba "Los Árboles?, ¿Sabéis porqué?, pues porque tenía su patio lleno de árboles. Los había chiquititos.., también medianitos, grandes ...pero había uno que era enorme, un viejo árbol que estaba justo en mitad del patio. Se llamaba Don Arbolón y ocupaba aquel espacio desde mucho antes de que se construyera el colegio. Don Arbolón quería mucho a todos los niños que habían pasado por aquel colegio y los niños le querían mucho a él. Bajo su sombra los niños descansaban, merendaban, jugaban a cromos, se contaban hasta sus secretos más grandes.... Y Don Arbolón, impasivo, siempre acariciaba con la sombra de sus ramas a aquellos niños que tanta compañía le hacían y tanto confiaban en él. Un día Don Arbolón apareció malito, con un gran agujero en su tronco y habiendo perdido todas sus hojas. Las señoritas del colegio, preocupadas, llamaron corriendo a unos señores jardineros, quienes con muy poco amor a la naturaleza y sólo con ganas de ganar dinero, ni tan siquiera se preocuparon por Don Arbolón, y al verlo tan viejecito propusieron arrancarlo y plantar en su lugar muchos árboles jóvenes. Los niños cuando oyeron aquello, sin premeditarlo, se levantaron de golpe y cogiéndose de sus manitas rodearon a Don Arbolón cantando "Don Arbolón no se va del colegio...don arbolón se queda aquí...porque todos los niños... queremos mucho a don arbolón". Las señoritas inmediatamente echaron a aquellos señores y llamaron a un viejo jardinero que vino muy deprisa con una gran maleta. Cuando vio a don arbolón, le tomó la temperatura, la presión, le miró la garganta.... y al ratito dijo, "necesito tierra para prepararle su medicación" Los niños corriendo fueron a por tierra y en un gran cubo se la trajeron. El viejo jardinero mezcló con la tierra jarabe, gotitas, unos polvos y lo extendió todo en el suelo rodeando a don arbolón, dándole unas cariñosas palmaditas en su tronco al marchar.Todos se fueron a casa preocupados por don arbolón y cuando llegaron al día siguiente ¡sorpresa!, don arbolón ya no tenía aquel enorme agujero en su tronco y todas las hojitas habían vuelto a brotar en sus ramas. Los niños, muy contentos, rodearon nuevamente con sus manos a don arbolón y con mucha alegría cantaron: "don arbolón ya no está malito, don arbolón se ha curado ya, todos los niños, queremos mucho a don arbolón". Don arbolón sonrió a su manera, haciendo un simpático movimiento de todas sus ramas y el sol que iluminaba el patio del colegio brilló con mucha más intensidad, participando de aquella alegría que inundó aquella mañana el colegio "Los Árboles".FIN(Para mí hijo Alejandro)(Este cuento nos fue enviado por Lidia - Barcelona - España)
El caracolillo Gustavillo.
Gustavillo era un caracolillo que vivía feliz en el fondo del mar; se mecía al ritmo de las corrientes marinas, reposaba en la arena, buscando algún rayo de sol y de vez en cuando daba sus paseos.Un día un cangrejo le vio y le dijo:- ¿puedo vivir contigo?Gustavillo se lo pensó dos veces y al final decidió ser, como un antepasado suyo un cangrejo ermitaño.Empezaron a vivir juntos el cangrejo dentro del caracol y al poco comenzaron los problemas: el cangrejo se metía las pinzas en la nariz, hacía ruidos cuando comía, no ayudaba en la limpieza, y además, lo peor de todo eran unos horrorosos "pedos" que tenían a Gustavillo el caracolillo mareado.Una mañana Gustavillo le dijo al cangrejo todo lo que no se debía hacer, con paciencia , explicándole que:- Hurgarse en la nariz, es de mala educación y además puede hacer daño- Se mastica siempre con la boca cerrada- Hay siempre que colaborar en la limpieza y orden de dónde se vive y.....................................si tenía un problema de “pedos” debía de ir al doctor.................El cangrejo se quedó callado, salió de la casa y se perdió durante varios días. Cuando volvió habló con Gustavillo y entre los dos juntitos hicieron una lista de las cosas que, para estar juntos, debían hacer para que todo funcionara bien.A partir de ese momento se acoplaron a convivir juntos y fueron muy, muy felices, el cangrejo, daba a Gustavillo largos paseos y el caracolillo arropaba al cangrejo cuando había marea. FIN(Cuento enviado por Maria del Carmen Castillo - España)
El perro del establo.
En un establo cerca de un gran pastizal vivían 30 vanidosas vacas y un pastor alemán. Todos los días las vacas muy seguras de que eran muy importantes para su dueño mecían sus colas mirándose largos ratos unas a otras antes de hacer caso al perro que animado daba de brincos para llevarlas a pastar.Luego, sin mucha prisa, salían calmadas como haciendo favores, y pasito a paso iban a comer. El perro brincaba mostrando el camino, corriendo, ladrando, y diciendo a las vacas por donde llegar al gran pastizal. "Por aquí señoras! Por aquí!" . " Vamos, apúrense que ya es hora de llegar", ladraba el perrito, "Señoras en fila para cruzar el riachuelo". Las vacas miraban al perro con ojos de burla "Nosotras somos importantes, somos las vacas, damos leche a nuestro amo así que nosotras marcamos el paso, no este perro tonto que esta hecho de saltos, carreras y no da nada al amo".Todos los días era lo mismo, las vacas miraban al perro desde lo alto, mientras el perro trataba de ordenarlas a su paso entre carreras, ladridos y animados saltos. Una noche, al llegar al establo, el perro agotado se echó al costado y escucho a las vacas burlarse de su trabajo, "Ese perro inútil cree que nos lleva y no sabe que nosotras lo llevamos hasta nuestro pasto ja, ja, ja ". Se reían haciendo escándalo "Quien necesita a ese perro flaco?" Esa noche, el perro se durmió llorando.Al amanecer el perro decidió no seguir pastando a aquellas vacas vanidosas y se fue en busca de otros animales más agradecidos que reconocieran su trabajo. Cuando fue la hora de salir al pasto las vacas meneaban sus rabos esperando que llegara el perro flaco brincando y ladrando para salir de nuevo al campo, pero no escucharon ladridos ni vieron saltos. Solo se escuchaba al amo llamando "¡Tarzán!, ¡Tarzán!!! Donde estas?" Pasó la mañana y sus grandes estómagos comenzaron a rugir. Las vacas esperaban ya poder salir, pero vieron luego que el amo molesto sólo les traía heno. "Y que ha pasado de nuestro paseo?", decían las vacas mientras comían rumiando, "Es que el perro inútil se olvidó de nosotras que somos importantes, por seguir durmiendo?" y así las vacas pasaron el día burlándose, riéndose y criticando al perro.Al día siguiente por no salir al campo las vacas vanidosas se estaban aburriendo, pero una vez más no escucharon los ladridos del inútil perro, solo vieron al amo trayéndoles heno, "Creo que hoy tampoco al campo saldremos", " Si creo que esos ricos pastos ya deben estar creciendo y nosotras aquí acaloradas nos quedaremos", decían las vacas mientras rumian su heno. En lo que quedaba de día, las vacas siguieron discutiendo, por quien tenía la culpa de la huída del perro "Es que fue tu culpa por no apurarte", "No, fue la tuya por no formar fila" " No, fue tuya por mojarte en el arroyuelo cuando veníamos de regreso" … Se culpaban unas a otras sin encontrar al responsable.Pasó un día más y las vacas ya cansadas se resignaron a su encierro. A no salir al campo y a mugir su aburrimiento, cuando de pronto una de las vacas dijo con gran suspiro: "Extraño al perro", "Sí, yo extraño sus ladridos", " y yo sus saltos de contento", "y yo extraño el que nos pasee dando ordenes como de sargento", ".ah pero era bueno el perro, nos sacaba temprano sin importarle el frío, calor o la lluvia de invierno", " Sí, siempre pensó en nosotras y en nuestro alimento, en conseguirnos pasto y del más tierno". Y en ese tercer día las vacas entristecieron y no dieron leche pues de tristeza casi no comieron. El jilguero del roble que crecía al costado del establo oyó los lamentos de las vacas tristes y fue a buscar al perro. Voló todo el día buscando y buscando y al final de la tarde encontró al perro, echado al costado de un hormiguero con el hocico picado y con cara triste. "Al fin te encuentro perro. Te he estado buscando por todo el campo" dijo el jilguero "¿Para que me buscabas? Preguntó el perro", "Para que vuelvas al establo" respondió el jilguero. "Allí no me necesitan!", respondió el perro. "Esas vacas vanidosas no me quieren ni respetan, y yo no quiero eso, por eso me fui a buscar otros rebaños. Fui donde las abejas, me picaron, y ni caso me hicieron, siguieron volando a las flores que quisieron; fui donde los patos traté de dirigirlos en el agua pero nadar es demasiado cansado para un perro; fui luego donde unos gusanos que encontré en un árbol, pero caminaban muy lento, y por más que yo ladrara, al día siguiente eran mariposas, salieron, volaron, y se fueron muy lejos. Ahora estoy aquí tratando de decirles a estas hormigas donde ir, pero pasaron sin mirarme, les ladre, les brinqué y solo esquivaron mi pata y siguieron adelante"."Por eso debes regresar" dijo el jilguero, "las vacas están tristes, ya ni leche pueden dar desde que te fuiste", "ayer las escuché decir que te extrañaban y que si tu regresabas nunca más de ti se burlarían", "Eso dijeron?" se alegró el perro, y partió rumbo al establo, ladró y brincó, sin dejar de mover el rabo.A la mañana siguiente las vacas escucharon los ladridos sonoros, se arreglaron temprano para salir al pasto, y el perro contento las llevó ladrando diciendo "Señoras, buen día, nos vamos al campo", se hicieron amigos y nunca más pelearon. Y el jilguero tranquilo pudo dormir sin burlas, sin culpas ni quejas en el roble al costado del establo.(Cuento enviado por Patricia Gallegos Tejada - Perú)
La abuelita Rigoberta
Fernando y Susana eran dos hermanitos que vivían muy felices con su papá, su mamá y la abuelita Rigoberta.¡Ah!... y qué lindo era vivir con la abuelita. No todos los chicos tenían esa suerte, pero Fernando y Susana sí y la disfrutaban mucho porque Rigoberta era una abuela con una enorme paciencia: narraba viejas historias y cuentos interesantes; sabía las mejores canciones y los juegos más divertidos; cosía los vestidos de muñecas más lindos y cocinaba las tortas y los dulces más ricos.Pero un día, porque sí nomás y sin que nadie supiera por qué, la abuela Rigoberta amaneció seria y preocupada.Y no contó sus viejas historias ni cantó canciones, ni jugó con los chicos, ¡ni siquiera cocinó una torta!¡Nada!Toda la familia se asustó: ¿Qué le pasaba a la abuela? ¿Estaría enferma?A la mañana siguiente, cuando se reunieron para desayunar, se encontraron con que la abuela ya lo había hecho muy tempranito y estaba sentada en su sillón favorito leyendo el diario.Y eso no fue todo. Cuando le preguntaron qué leía y si había alguna noticia importante, la abuela contestó que sólo estaba buscando trabajo. Sí, tra-ba-jo.Pero no pudo terminar de hablar, porque el papá, al oírla, se atragantó con la tostada; la mamá se puso mermelada en los dedos; Susana derramó el café con leche y Fernando se cayó de la silla.Y la abuela Rigoberta, sin darse cuenta de los desastres causados, siguió leyendo muy tranquila.Finalmente dijo, cerrando el periódico:-¡Qué barbaridad! No puedo encontrar el trabajo que busco; tendré que poner un aviso ofreciéndome.-¿Y cuál es el trabajo que estás buscando, abuelita? -preguntó Fernando.-Justamente, de eso quiero trabajar, de "abuelita" -contestó Rigoberta y siguió explicando que había muchos nenes que no tenían abuela y que eso era muy triste.Entonces había pensado trabajar para esos chicos en su tiempo libre; es decir, cuando Fernando y Susana estaban en la escuela.A la familia le pareció una "idea genial", como todas las que se le ocurrían a Rigoberta.Al día siguiente, el extraño aviso ofreciendo trabajo de abuelita, salió en el periódico y mucha gente llamó por teléfono. Fueron tantos los pedidos, que era imposible cumplir con todos. Y esto, por supuesto, preocupó a Rigoberta, que se encerró en su dormitorio a pensar.Y pensó… y pensó.Pensó tanto, que ese día no almorzó ni cenó; sólo apareció cuando ya todos habían terminado de comer el postre.Entonces anunció muy contenta, que ya tenía la solución del problema: estaba decidida a fundar la primera "Compañía de Abuelos Voluntarios".Era, en verdad, una excelente solución porque también había muchos abuelos sin nietos y eso era tan triste como nietos sin abuelos.Pero gracias a la abuelita Rigoberta, la "Compañía de Abuelos Voluntarios" fue un éxito y todos podían conseguir abuelos y nietos adoptivos a gusto.Y la abuela Rigoberta ya no se preocupó más y se sintió muy feliz.Y el que quiera un cuento contado por una auténtica abuelita, que llame por teléfono a la "Compañía de Abuelos Voluntarios".
BARTHE, Raquel Marta.
Actividades:
Unidad didáctica: "La familia"
Preguntas de motivación:
- ¿Quiénes vivían con la abuela?- ¿Qué cosas hacía la abuelita Rigoberta para entretener a sus nietos?- Pero un día... ¿qué le ocurrió a la abuela?- ¿Dónde publicó su aviso la abuelita?- ¿Qué pasó con el aviso?- ¿Qué decidió fundar Rigoberta?
Consignas:
Sala de 4 años: - Dibujar a la abuelita con crayones.Sala de 5 años: - Humedecer la hoja con un pincel grueso e inmediatamente dibujar con marcador.
Los vestidos de Margarita
Como de costumbre, la mamá de margarita estaba cosiendo un hermoso vestido para su hija. Esta vez era blanco con margaritas bordadas.Pero, ¡Margarita era tan descuidada con su ropa! Apenas la estrenaba y ya tenía una mancha o, peor todavía, algún agujero. Y cuando se desvestía, la dejaba toda arrugada, hecha un bollo y tirada en el suelo.La pobre mamá estaba siempre muy ocupada cosiendo, lavando, planchando, remendando y guardando la ropa de Margarita.Por eso, cuando la mamá bordaba las flores del nuevo vestido blanco, los viejos observaban con tristeza, desde el placard:-¡Pobre… tan lindo y tan blanco…! -suspiró el rojo.-Sí, no sabe lo que le espera -continuó el de cuadritos desde su percha.-Con una dueña como Margarita, ¡qué poco dura eso de ser "nuevo"! -se quejó el de rayitas.-Es verdad, después de un día de uso, ya somos "viejos" -se lamentó el de los lunares azules.-Y si no, mírenme a mí -continuó esta vez el amarillo muy enojado- el primer día, nomás, ya me enganchó en un clavo. ¡Observen qué feo zurcido me quedó eh la parte de atrás!Entonces habló una de las prendas más importantes del vestuario de Margarita: el tapado verde con cuello de piel.-Yo ya estoy harto de que me arranquen los botones, de que no me cuelgue en la percha y de todas estas manchas pegajosas de caramelo y chocolate. Creo que deberíamos hacer algo. Hay que darle una lección a esa niña descuidada.-Sí, no es justo que ese hermoso vestido blanco sufra todas estas cosas -dijo tímidamente uno de seda rosa que había estado escuchando desde un rincón y que tenía una horrible mancha en un costado.-Estoy de acuerdo, pero, ¿qué podemos hacer? -preguntó el de terciopelo con la manga descocida.Y después de un largo rato de discusión, quedó convenido que esa misma noche hablarían con su dueña.Y así fue: cuando Margarita se acostó, todos salieron del placard, rodearon su cama y, uno a uno, se quejaron de de los malos tratos recibidos. Cuando terminaron, volvieron a sus perchas y Margarita se durmió.Pero al día siguiente, cuando tomaba el desayuno, Margarita vio el vestido que su mamá estaba bordando y dijo:-¡Qué bonito está quedando! ¡Es precioso! Y, ¿sabés una cosa, mamá? A éste lo voy a cuidar mucho, mucho… A toda mi ropa la voy a cuidar mucho.La mamá quedó asombrada por la repentina decisión de su hija y, antes de que pudiese preguntar nada, Margarita siguió diciendo:-Anoche tuve una pesadilla espantosa, pero ahora no te la puedo contar porque se me hace tarde para ir a la escuela.Le dio un beso grandote, grandote, y se fue.Y si los vestidos saben sonreír, digamos que todos sonrieron aliviados desde sus perchas.Y la mamá, satisfecha y sonriendo más que todos juntos, se sentó a terminar el bordado de esas flores que, como su hija, se llamaban "margaritas".
BARTHE, Raquel Marta.
Actividades:
Unidad didáctica: "Los vestidos"
Preguntas de motivación:
- ¿Qué hacía la mamá de Margarita?- ¿Qué pensaban, de Margarita, sus vestidos?- ¿Qué planearon los vestidos?- ¿Qué dijo Margarita sobre su nuevo vestido?- ¿Cómo reaccionaron los vestidos de Margarita, ante su decisión?
Consignas:
Sala de 4 años: - Seleccionar material para realizar un collage de diferentes texturas: lentejuelas, pedacitos de tela, papel, cartón, etc. Dibujar una parte del cuento y pegar los materiales, con cola vinílica, sobre la escena.Sala de 5 años: - Dibujar en una hoja trazos con rayones de distintos colores, cubriendo toda la hoja. Pasar, sobre la misma, tinta china negra. Dejar secar bien y dibujar con la punta de un clavo o punzón.Sugerencia: Orientar al niño para que no ejerza demasiada presión sobre la hoja, a fin de no provocar roturas en la misma. Utilizar hoja gruesa.
MIEDO AL DENTISTA
Todo empezó así…Tenía un amigo dentista que me insistió tanto, tanto, tanto… que fui a su consultorio y allí me dice - No te voy a poner anestesia, no tengas miedo !!!. Y en verdad no me mintió…Pero pasó el tiempo y mi amigo se fue a vivir a otro lado… Entonces me dejó… y de ahí tuve que elegir otro dentista, y otro consultorio.Cada vez que voy, preferiría no hacerlo, siempre le tuve miedo, pero mi mamá dice que hay que ir, ¡es por tu salud!, repite cada vez…Hoy a la tarde tengo que ir. Espero que esté todo bien, es solo por control, pero tengo que ir… no me queda otra !!!.Estoy con un poco de miedo, pero ella me está esperando.De todos modos, lo bueno de ir al dentista es que no tenés muelas cariadas y tus dientes están limpios y sanos. Y además podés comerte todos los caramelos y chocolates que querés…sin culpa.
Autor: Juanchi Manassero
Las mariposas son de colores
Las mariposas son de colores cantaba una mañana el señor jardinero-y las flores son de colores laralala pero los cantos también yo si que se laralala.Era su canción favorita pero el jardinero no sabia, ni mucho menos se acordaba donde la había aprendido, el solamente cumplía su deber de cuidar el jardín.Estando repitiendo lo que el no entendía escucho el susurro como de una voz melodiosa sorprendido quedó al ver una mariposa que llevaba el verde esperanza , el amarillo del hermoso sol y que me dices , Oh… sorpresa cuando le encontró el negro como de socavón. Le pregunto: ¿como puedes tú tan pequeño ser, llevar ese vestido que brilla al amanecer con tantos colores hermosos y todos te quedan bien?
Le contestó la mariposa -no me has dejado hablar, estás tan distraído, yo tengo que decirte: los habitantes del jardín me han comisionado para explicarte algunas cosas y entiendas tu labor. Eres dulce, bonachón y ante todo un gran señor, pero debes saber que algunas veces te distraes…cortas mucho allí, pisas duro allá, y crees que todo listo esta.Nosotros habitantes del jardín, te queremos, te necesitamos, somos seres vivos y nos alimentamos, nuestro hogar es tuyo, aprende para quien es cada flor, y entona tu canción.Las mariposas somos de colores, las libélulas también ,como te parece el compae gusano, caminando lentamente como si llevara un acordeón y mi madrina la araña con sus ocho patas tejedora incansable meciéndose en el aire con la melodía de aquel gorrión.Todos somos de colores las rosas y todas las flores…-! ay ¡señor jardinero, tomémonos de las manos , hagamos un solo color ese que se llama amor-.
Autora: Esperanza Soto. (Hope)
LOS AMIGOS
Crecieron juntos, bailaron juntos, amaron juntos eran inseparables, hasta que un hermoso día se preguntaron ¿ que habrá mas allá de lo que vemos ,que seguirá después de nuestras vivencias y una pregunta mas ¿por qué siempre estamos juntos?.Estando muy preocupados por entender sus porqués escucharon algo o alguien que les pregunto: ¿sois más valientes que hombres¬? o ¿sois más hombres que valientes? Uno de ellos acertó a responder:-somos valientes y somos hombres, al unísono sonó una hermosa carcajada de satisfacción porque según ellos, “certera respuesta” de nuevo la voz: ¿por qué reís de algo que en realidad no sabéis? vosotros habéis llevado vuestras vidas sin deteneros en preguntar y hoy que lo estáis haciendo os burláis de vuestras propias preguntas pero, no os dais ninguna respuesta.Los amigos se abrazaron y como era tan claro lo que escuchaban se asustaron y se miraron con esa mirada del que esta perdido en el camino y no sabe elegir el próximo paso.Sigue la voz: -os habéis asustado caballeros valientes que de niños jugabais, apostabais, ganabais y hoy adultos no encontráis la respuesta?Pues…… si señor ,os la voy a dar : sois mis amados hijos ,almas gemelas ,caballeros andantes ,guerreros incansables que camináis unidos para llegar a vuestra meta , uno es la mano derecha del otro pero también la izquierda, uno es curandero cuando el otro se enferma ,pero igualmente el otro también es curandero.No os asustéis, sois caminantes, viajeros en un mundo desigual, pero, para vosotros igual, la respuesta es: mas allá, aquí y en todas partes seréis amigos y hermanos, es vuestra condición de vida por eso sois como sois y lleváis una bendición de paz y alegría.
Autora: Esperanza Soto.
sábado, 28 de junio de 2008
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